EL RESTABLECIMIENTO CONSTITUCIONAL Y DEMOCRÁTICO: ÚNICA SOLUCIÓN EFECTIVA A LA CRISIS VENEZOLANA.
Un planteamiento de ANCO que nos alude a todos.
La Alianza Nacional Constituyente
Originaria, ANCO, conjuntamente con todas sus Coordinaciones Regionales
y del exterior, fieles a los valores y principios que expresamos al momento de
establecer el Pacto Ciudadano para el Restablecimiento Constitucional en
febrero del año 2021, e inmediatamente después de la Consulta Ciudadana
realizada del 7 al 12 de diciembre de 2020, donde solicitamos el apoyo nacional
e internacional para activar los mecanismos institucionales en función
del restablecimiento de la democracia y la protección del pueblo de
Venezuela; no sólo en concordancia con el mandato del Artículo 333 de la
Constitución venezolana, sino también en resguardo de la obligación establecida
en el artículo 21 de la Carta Democrática de la OEA, y la Seguridad Colectiva
establecida en el Artículo 28 de la propia Carta de la O.E.A., reiteramos,
especialmente ahora cuando el pueblo venezolano se expresó contundentemente a
favor de un cambio institucional y democrático en nuestro país el 28 de julio
de 2024, que el restablecimiento constitucional y democrático es la única
solución efectiva a la crisis venezolana. En este sentido, consideramos de suma
importancia expresar lo siguiente a la Nación:
La elección presidencial del pasado 28 de julio,
llevado adelante con la institucionalidad construida por quien ha ejercido
subvertidamente la autoridad en Venezuela por más de 20 años, y que contó con
el respaldo amplio de la comunidad internacional -en tanto y en cuanto
mecanismo democrático para superar la crisis multiforme en nuestro país-,
requiere mayor vigor para no convertirse en un nuevo y aún más doloroso
escenario fallido.
La retórica, los diálogos, las negociaciones, la
diplomacia, se ven emplazadas ante la verdad de los hechos: aun sin las
condiciones electorales mínimas, se pudo constatar la voluntad popular en unas
Actas que fueron acopiadas por la oposición y demostradas al mundo. O Nicolás
Maduro Moros materializa el golpe a la voluntad popular el 10 de enero, o
entrega el poder debido a presiones que no podremos visualizar hasta que
ocurran. El proceso electoral del 28J es el hecho cierto que no puede sacarse el
régimen de encima. Con mucha sensatez y tino histórico debemos revisar esta
situación. Lo oportuno de las acciones que se deriven de este análisis,
determinarán el curso exitoso de todo lo que se pretenda en Venezuela en el
futuro inmediato.
Para ser eficaces en los procesos políticos que pretendan implantarse en los
días subsiguientes para superar la tantas veces denunciada crisis venezolana,
resulta capital identificar el proceso constitucional (elecciones, referendos,
constituyente o restablecimiento constitucional) que, con base en la
autodeterminación de los pueblos y la soberanía popular, mejor sirva a los
efectos de aprovechar, rápida y efectivamente, los aspectos positivos de la
jornada del pasado 28 de julio. En palabras concretas, se requiere poner sobre
la mesa los mecanismos que permitan cumplir eficazmente (que se haga o cumpla)
el restablecimiento constitucional ordenado en nuestra Constitución, así como
el restablecimiento democrático ordenado por la Carta Democrática de la OEA
En nuestra opinión, el único marco general de
actuación en la deformada realidad institucional de Venezuela, es el
restablecimiento constitucional (y democrático) establecido en el artículo 333
constitucional. Los investidos o no de
autoridad debemos colaborar en el restablecimiento de la vigencia de la
Constitución.
Conocido el talante hegemónico del régimen, violador
del orden constitucional y secuestro de las instituciones de la república, hoy
inexistentente, surge a partir del 22 de octubre del 2023 el firme liderazgo de
María Corina Machado (MCM) que hace renacer la esperanza y fe en los
venezolanos a quienes convoca, organiza y conduce al contundente triunfo
electoral de Edmundo González Urrutia (EGU) el 28J; conformándose un
extraordinario y robusto capital político de apoyo a su liderazgo, decidido y
presto al cambio. Y a pesar de las condiciones adversas impuestas por el
régimen al proceso electoral, era para todos
previsible el resultado aplastante contra su candidato Nicolás Maduro
Moros, como de su negativa a reconocer su derrota y pretender mantenerse en el
poder; y ante este detestable e indigno desacato a la voluntad popular, es
igualmente previsible pensar disponer de
un accionar cívico, organizado y
legítimo de la inmensa mayoría de los
venezolanos direccionados por MCM Y EGU, en defensa y legitima validación a su
voluntad soberana expresada el 28J. para el rescate y libertad de la nación con
el apoyo adicional posible, legitimo, real y verdadero de la Comunidad
Internacional, cada vez más interesada en resolver definitivamente el caso
Venezuela,
Sin ánimo de obstruir o entorpecer cualquier
iniciativa que permita concretar el relevo alternativo constitucional en la presidencia, -prioridad
nacional-, y dada la manifiesta negativa
del régimen a reconocer el legítimo y constitucional mandato popular del 28J,
más la creciente y profunda crisis
estructural que la nación padece; para ANCO es un deber, consecuente con su
accionar y su Propuesta Constituyente hecha a la nación de “El Gran Cambio” y
que “El Pueblo Decida”, como depositario de la soberanía popular, la aplicación
de ambas vienen a ser una condición ética adecuada y oportuna de sana política
de Estado, en las circunstancias actuales y futuras inmediatas.
Por lo que proponemos respetuosamente al liderazgo
democrático, encabezado por el presidente electo, Edmundo González Urrutia y
María Corina Machado, así como los demás sectores representativos de la nación,
a que en el momento más adecuado, acorde al contumaz despropósito y
conducta hegemónica del régimen, se
convoque a una Asamblea Nacional Constituyente plural, incluyente,
participativa, electoral y democrática, como una solución que permite y da piso
y legitimidad efectiva a la adecuada y oportuna gobernabilidad, como al proceso
de acuerdos y garantías entre las partes involucradas (Oposición Democrática,
Régimen y Comunidad Internacional), -como lo viene declarando la propia líder
MCM-, además guie y norme el Gran Cambio
de la impostergable y urgida
reconstrucción y construcción real de la nación, en la necesidad de tener un
verdadero Estado moderno, desarrollado, próspero y descentralizado.
Dos maneras tenemos para su convocatoria acorde con la
Constitución (Artículos 5, 333, 347, 348, 349 CRBV). La primera mediante la
recolección dentro y fuera del país del 15% de firmas de venezolanos inscritos
en el Registro Civil y Electoral, (3.15 mm. aprox.), sin la injerencia del CNE.
Cifra ampliamente superable de manera abrumadora. La segunda, convocada por el presidente
en ejercicio, EGU. Ambas sin necesidad de convocar a referéndum consultivo,
según sentencia del TSJ. De esta manera se constitucionaliza el proceso
político nacional.
Por lo que respecta al proceso concreto con la fuerza
constitucional para revertir deformaciones y establecer un orden institucional
respetado internamente por todos los venezolanos y externamente por los países
afectados y comprometidos en y por la crisis venezolana, reiteramos que el
proceso Constituyente (Artículos 347 348 y 349 constitucionales) es el evento
democrático-participativo con la fuerza republicana suficiente para convertir
los acuerdos en soluciones eficaces y contundentes, con cabal, masiva y plural
participación.
Es evidente que quienes ejercen la autoridad en
Venezuela harán todo y más para no dejar el poder, entendiendo que, con el
poder o sin él, enfrentarán consecuencias de orden penal internacional, al no
poder contener -detener las causas judiciales foráneas que se ven
fundamentadas, no solo por los crímenes cometidos, sino por la denunciada- y la
comprobada incapacidad interna para investigar y sentenciar con verdadera
justicia. No tienen los principales responsables de la crisis venezolana cómo
solventar esto en una negociación directa con los organismos internacionales.
No tienen los diálogos ni las negociaciones la capacidad constitucional ni la
legitimidad para acordar estas materias. Pero, el tratamiento sensato y eficaz
de estos temas nos ahorrarán lamentaciones en cualquier lugar en que nos
ubiquemos en el contexto político venezolano.
En conclusión, los nudos institucionales y constitucionales del Estado
venezolano solo pueden ser superados en un evento Constituyente. También, los
asuntos relativos a la administración de justicia, a los bienes venezolanos y
de venezolanos en el exterior, a las averiguaciones penales foráneas, al
régimen de transición que examinaría la validez y vigencia de las actuaciones
del Estado venezolano, entre otros temas cruciales e ineludibles, pueden ser
abordados en una instancia con fuerza constitucional, originaria, republicana,
cohesiva, restablecedora y refundadora como una Asamblea Nacional Constituyente.
Tenemos la convicción, demostrada por el amplio y
contundente reconocimiento nacional e internacional, y en especial el de los
EEUU, al triunfo electoral del presidente electo, Edmundo González Urrutia, que
este se juramentará como próximo presidente de la República el próximo 10 de
enero de 2025. Y es porque tenemos esa convicción que será necesario reafirmar todos
ese triunfo de la soberanía popular con el comienzo de la reconstrucción
institucional del país, y la vía legítima para hacerlo es que el presidente González
Urrutia convoque al pueblo venezolano a una Asamblea Nacional Constituyente
como una de sus primeras decisiones de Estado, con el fin de reconstruir entre
todos la Nación, y garantizar la estabilidad política del país, como solución
efectiva y permanente a la crisis de Venezuela.
Creemos que estos temas deben ser abordados con prontitud y seriedad dentro y
fuera del país, ya que, millones de ciudadanos de todo el mundo, venezolanos o
no, pueden tener aparejada su suerte individual al destino de lo que termine
ocurriendo con la democracia en Venezuela.
¡QUE EL PUEBLO DECIDA!
“En una palabra, mi querido general, yo no conozco más partido de salud,
que el de devolver al pueblo su soberanía primitiva para que rehaga su pacto social.
Vd. dirá que esto no es legítimo: y yo, a la verdad, no entiendo qué delito se
comete en ocurrir a la fuente de las leyes para que remedie un mal que es del
pueblo y que sólo el pueblo conoce. Digo francamente que, si esto no es
legítimo, será necesario a lo menos, y, por lo mismo, superior a toda ley: pero
más que todo es eminentemente popular, y, por lo mismo, muy propio de una
república eminentemente democrática.”
Simón Bolívar
Carta
dirigida a Santander, octubre de 1826
Alianza Nacional Constituyente Originaria (ANCO)
Caracas, 22 de noviembre de 2024
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